miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los prófugos de Herodes

Hace unos días estaba yo en acreditada farmacia, que por lo mismo que es muy acreditada, estaba llenísima. Con lo desesperada que yo soy en cuanto me veo rodeada de mucha gente, ya se podrán imaginar que no estaba yo precisamente personificando a la alegría de la huerta. En fin, que mientras hacía yo fila para pagar, me tocó ver a una señora que traía dos criaturas, una de cada mano. Los mini-perfiditos en cuestión eran una chiquilla como de unos 6 años, y un mocoso como de unos 3 años, o algo así. El caso es que, mientras la mamá estaba en la fila comiéndose los mocos, esto es, con la mirada en todas partes menos en los polluelos, éstos se dedicaban a pisotear a la gente que tenía la mala fortuna de pasarles por un lado, a sacar cosas de las bolsas de la compra que traía la mamá, y que había dejado en el suelo; a agarrar cajas de medicina de las que están en el mostrador externo, etc., o sea, los dos lepes estaban haciendo perrería y media y la madre se veía incapaz de poner a los mocosos en orden.

En eso estaba yo meditando cuando la muchachuela le arreó un soplamocos al hermanito que lo sentó en el suelo del impacto. El niño claro, empezó a llorar, y yo interesadísima, esperando a ver qué hacía la madre. La pobre mujer intentó regañar a la Thatcher en miniatura, pero ésta, ni caso. Yo creo que la mujer de buena gana les hubiera dados unos pellizcos a los dos chiquillos, pero como ahora está muy mal visto el castigo corporal en las huestes infantiles, pues se aguantó y mientras, la mocosa, abusando de su tamaño y de su fuerza le estaba poniendo al hermanito una somanta de palos que Dios guarde la hora.

Hay que ver cómo prometen algunos, pensé yo. Esta pequeña va que vuela para lideresa sindical o algo igual de tenebroso. Y entonces, por asociación de ideas, pensé que qué injusta ha sido la historia con Herodes, oigan. Juzgado como asesino de niños por la rebajita del censo que hizo en Belén, es la hora que el pobre hombre no se ha podido sacudir tan negra fama. Pero vamos, que ya entonces Herodes sabía que había que acabar con los pequeños cabrones antes de que crecieran y se le amontonaran en las calles protestando por vaya uno a saber qué.

Porque los niños serán muy bonitos cuando nacen, pero en cuanto crecen poquito y ayudados por la mala crianza que reciben, dan rienda suelta a sus malos instintos y empiezan desde esa tierna edad a engrosar las filas del bajo mundo delincuencial. Digo yo que también Stalin, Mussolini y demás crápulas que en el mundo han sido, también habrán sido niños en algún momento de su vida, ¿no?

Además, yo creo que no fueron tantos los chiquillos a los que despachó el rey judío. Porque situándonos en la época y contexto de Herodes, no creo que Belén tuviera siquiera la tercera parte de población que tenemos en nuestra sufriente ciudad, por ejemplo. Y menos con la expectativa de vida que existía en ese entonces, en que las mujeres por decir algo, empezaban a parir muy jovencitas y ya para los 30 eran poco menos que envoltorios vacíos, listas para ir a reunirse con su creador en cualquier momento. Y con los mocosos ni se diga, porque eran muchas las enfermedades infantiles de las cuales no se tenía ni idea, menos cura. Así que tomando en cuenta todo esto, yo creo que los inocentes degollados en Belén no habrán pasado de unos 20 o 30. Desde entonces al día de hoy, muchísimos niños más han muerto en todos los continentes por diversas causas, como hambruna, infectados de Sida al nacer, etc., o sea, y por ellos nadie ha hecho ningún escándalo ni se ha condenado al oprobio eterno a nadie. Lo de Herodes ya es caso de mala fama. También es mala suerte que le haya tocado reinar a él justo cuando los evangelistas decidieron pasar al papiro lo que les habían contado, y quién iba a decir que los evangelios se iban a convertir en best seller, oye. No te jode.

Así que hoy rompo una lanza por Herodes, y lamento mucho no tener el poder absoluto de que gozaba él, para haberle devuelto a la chiquilla abusona de las que les hablaba antes, los mismos golpes que ella le estaba dando a su hermano pequeño. Ah, y para esto, la madre estaba ya con el rostro descompuesto, con ganas, seguramente, de abandonar a su descendencia allí mismo. Yo tenía una cara de fastidio e incredulidad que no podía con ella y otras señoras y señores miraban también a la madre con cara de reproche, y la pobre mujer que ya no hallaba en dónde esconderse. En momentos como ese, uno aprecia mucho al inventor de la píldora anticonceptiva y de los preservativos.

En fin, que es una lástima que se le hayan escapado tantos a Herodes, por cuestión de tiempo, mas que nada. Y porque hoy no sería políticamente correcto. Total, que cuando terminé de hacer mi compra, al pasar junto a la pequeña aprendiz de sicario, le di un bolsazo en la cabeza. No fue accidente, pero pareció, que era lo que a mi me interesaba.

SECCION DEPORTIVA
Hoy empieza la liguilla y a mis amadas Águilas les toca jugar contra el San Luis. Ya me están reclamando los anti-americanistas, que aseguran que el San Luis se dejará ganar para que pasen de ronda las Águilas. Pues si eso hacen, los americanistas lo agradecemos mucho. Que de algo sirva que sean nuestros hermanitos menores, oyes.

Mi amadísimo Real Madrid jugó el domingo contra el Sporting de Gijón. Hasta parecía que les debíamos algo al equipucho ese y a su afición ignorante y paleta. Más información en el artículo correspondiente.

P.D.
Espero que sepan reconocer la ironía contenida en esta columna. No quiero que me escriban para decirme que soy una desalmada, asesina de infantes.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario