lunes, 29 de noviembre de 2010

Crónica de un fin de semana

El sábado a las 6:00 de la tarde me disponía a ver el partido de mis amadas Aguilas vs. Santos Laguna. Ya sé que a casi nadie le gusta el fútbol, pero a mi sí y como este es mi blog, pues hablo de lo que me da la gana. Bueno, pues resulta que el sábado, como les contaba, me puse a ver el partido y a continuación transcribo lo que sucedió:

Mi hija estaba haciendo un trabajo en la computadora, o sea, que por obra de la casualidad, esta vez iba a ver el futbol acompañada. Bueno, pues que dan las alineaciones, y como el juego de ida fue el jueves pasado, yo había leído que Angel Reyna se había lesionado y que supuestamente no iba a jugar este partido, así que me sorprendí genuinamente cuando vi que Lapuente alineaba a Reyna. Luego me fijé en las tribunas y hasta le comenté a mi hija: oye, hay mucha gente del América en Torreón.

En fin, que empieza el partido y empieza el sufrimiento. Me di cuenta, como águila real que soy, que tenemos una defensa muy guanga, que si no está Aquivaldo Mosquera nos va del nabo y a veces, aunque esté él nos va del nabo igual. Carecemos de un medio campo medianamente solvente, no tenemos goleador desde que nos balacearon a Salvador Cabañas y comprobé que a Vicente Sanchez le hicieron mal de ojo en Alemania o algo así, porque no es el mismo que jugaba con Toluca.

Pero todo esto nos está bien empleado, porque el dueño de las Aguilas ha dejado el equipo en manos de gente que será muy competente para otras cosas, pero que no sabe escoger jugadores ni entrenador. Llevamos varios años siendo el hazmerreir de la liga y el club se ha convertido en un puterío que no hay quien lo arregle. Y cuando tenemos oportunidad de comprar buenos jugadores como en el pasado draft que estaba disponible Damián Alvarez, dejamos que se lo llevaran los Tigres y nosotros compramos a ese crack que se llama Vicente Matías Vuoso. O sea, que todo está muy mal hecho y por eso digo y sostengo que nos merecemos lo que nos está pasando.

Pues bueno, el Santos Laguna anotó y a mi ya me estaba dando el yeyo, cuando a los pocos minutos el bueno de Angel Reyna anotó para mis Aguilas. Bueno, me dije yo, de perdidos al río, empate a uno y luego ir a sufrir a Torreón, no hay más. Conforme seguía el juego yo veía que el Santos Laguna era muy superior a mis Aguilas. Christian Benitez y Carlos Darwin Quintero son unos verdaderos cracks, y nosotros no tenemos de esos, oyes.

Y en esas estaba yo, sufriendo como perro café, porque veía que nos iban a eliminar y que no íbamos a meter ni las manos, cuando escucho a uno de los comentaristas decir que al Santos le convenía el empate, porque al fin que todavía tenían 90 minutos más para resolver el trámite en su estadio. ¿Ein? ¿Pues que no era este el partido de vuelta? Y que me fijo bien y no, en efecto, no era el partido de vuelta. ¡Era el partido del jueves que Televisa estaba repitiendo! Y yo sufriendo de a gratis. Mi hija se burló de mi sin piedad, como ya se imaginarán. Me dijo: pues con razón hay mucha gente del América en el estadio, si están en el Azteca!! Estás peor que Dory, me dijo, la muy degenerada.

Pues me adelanté al sufrimiento, porque ayer que sí fue el partido de vuelta, sí metimos las manos, pero con todo y eso, quedamos eliminados. ¡Fuera Bauer y Ordiales del América!!
Los americanistas queremos dimisiones ya! Yo me hago del Toluca.

Además les cuento que ayer me di cuenta de cuánto hemos cambiado con las experiencias que nos ha tocado vivir en esta sufrida ciudad. Resulta que mi hija me comentó lo siguiente, y cito textualmente: ya no quiero que me dejes ir a la casa de mi amiga en Año Nuevo, porque fíjate que hay rumores de que quieren matar a los sobrevivientes de la masacre del 30 de enero.

Yo me quedé patedefuá. En mis tiempos, para hablar de masacres, teníamos que remontarnos a la masacre de Tlatelolco, en 1968, o más atrás, a las masacres perpetradas por los nazis. Y ahora, esa palabra tan horrible suena cotidianamente en las conversaciones de la gente joven, como mi hija. Qué panorama más desolador. Y pobre de mi criatura, que le ha tocado vivir su adolescencia en estos tiempos tan funestos. ¿En dónde están los conventos del siglo XVII, cuando hacen falta?

SECCION DEPORTIVA
Hoy juega mi amado Real Madrid contra el Farsa. Los madridistas de bien confiamos en mi marido Mou, en quien hemos puesto todas nuestras complacencias. Si los dioses del futbol me conceden la victoria de mi equipo, por goleada, si puede ser, ya no voy a pedir nada más en lo que resta del año, je. Lástima que nos toque visitar la porquería esa de estadio donde arrojan cabezas de cerdos con toda impunidad. En fin, que Dios reparta suerte y que le toque toda al Madrid.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los prófugos de Herodes

Hace unos días estaba yo en acreditada farmacia, que por lo mismo que es muy acreditada, estaba llenísima. Con lo desesperada que yo soy en cuanto me veo rodeada de mucha gente, ya se podrán imaginar que no estaba yo precisamente personificando a la alegría de la huerta. En fin, que mientras hacía yo fila para pagar, me tocó ver a una señora que traía dos criaturas, una de cada mano. Los mini-perfiditos en cuestión eran una chiquilla como de unos 6 años, y un mocoso como de unos 3 años, o algo así. El caso es que, mientras la mamá estaba en la fila comiéndose los mocos, esto es, con la mirada en todas partes menos en los polluelos, éstos se dedicaban a pisotear a la gente que tenía la mala fortuna de pasarles por un lado, a sacar cosas de las bolsas de la compra que traía la mamá, y que había dejado en el suelo; a agarrar cajas de medicina de las que están en el mostrador externo, etc., o sea, los dos lepes estaban haciendo perrería y media y la madre se veía incapaz de poner a los mocosos en orden.

En eso estaba yo meditando cuando la muchachuela le arreó un soplamocos al hermanito que lo sentó en el suelo del impacto. El niño claro, empezó a llorar, y yo interesadísima, esperando a ver qué hacía la madre. La pobre mujer intentó regañar a la Thatcher en miniatura, pero ésta, ni caso. Yo creo que la mujer de buena gana les hubiera dados unos pellizcos a los dos chiquillos, pero como ahora está muy mal visto el castigo corporal en las huestes infantiles, pues se aguantó y mientras, la mocosa, abusando de su tamaño y de su fuerza le estaba poniendo al hermanito una somanta de palos que Dios guarde la hora.

Hay que ver cómo prometen algunos, pensé yo. Esta pequeña va que vuela para lideresa sindical o algo igual de tenebroso. Y entonces, por asociación de ideas, pensé que qué injusta ha sido la historia con Herodes, oigan. Juzgado como asesino de niños por la rebajita del censo que hizo en Belén, es la hora que el pobre hombre no se ha podido sacudir tan negra fama. Pero vamos, que ya entonces Herodes sabía que había que acabar con los pequeños cabrones antes de que crecieran y se le amontonaran en las calles protestando por vaya uno a saber qué.

Porque los niños serán muy bonitos cuando nacen, pero en cuanto crecen poquito y ayudados por la mala crianza que reciben, dan rienda suelta a sus malos instintos y empiezan desde esa tierna edad a engrosar las filas del bajo mundo delincuencial. Digo yo que también Stalin, Mussolini y demás crápulas que en el mundo han sido, también habrán sido niños en algún momento de su vida, ¿no?

Además, yo creo que no fueron tantos los chiquillos a los que despachó el rey judío. Porque situándonos en la época y contexto de Herodes, no creo que Belén tuviera siquiera la tercera parte de población que tenemos en nuestra sufriente ciudad, por ejemplo. Y menos con la expectativa de vida que existía en ese entonces, en que las mujeres por decir algo, empezaban a parir muy jovencitas y ya para los 30 eran poco menos que envoltorios vacíos, listas para ir a reunirse con su creador en cualquier momento. Y con los mocosos ni se diga, porque eran muchas las enfermedades infantiles de las cuales no se tenía ni idea, menos cura. Así que tomando en cuenta todo esto, yo creo que los inocentes degollados en Belén no habrán pasado de unos 20 o 30. Desde entonces al día de hoy, muchísimos niños más han muerto en todos los continentes por diversas causas, como hambruna, infectados de Sida al nacer, etc., o sea, y por ellos nadie ha hecho ningún escándalo ni se ha condenado al oprobio eterno a nadie. Lo de Herodes ya es caso de mala fama. También es mala suerte que le haya tocado reinar a él justo cuando los evangelistas decidieron pasar al papiro lo que les habían contado, y quién iba a decir que los evangelios se iban a convertir en best seller, oye. No te jode.

Así que hoy rompo una lanza por Herodes, y lamento mucho no tener el poder absoluto de que gozaba él, para haberle devuelto a la chiquilla abusona de las que les hablaba antes, los mismos golpes que ella le estaba dando a su hermano pequeño. Ah, y para esto, la madre estaba ya con el rostro descompuesto, con ganas, seguramente, de abandonar a su descendencia allí mismo. Yo tenía una cara de fastidio e incredulidad que no podía con ella y otras señoras y señores miraban también a la madre con cara de reproche, y la pobre mujer que ya no hallaba en dónde esconderse. En momentos como ese, uno aprecia mucho al inventor de la píldora anticonceptiva y de los preservativos.

En fin, que es una lástima que se le hayan escapado tantos a Herodes, por cuestión de tiempo, mas que nada. Y porque hoy no sería políticamente correcto. Total, que cuando terminé de hacer mi compra, al pasar junto a la pequeña aprendiz de sicario, le di un bolsazo en la cabeza. No fue accidente, pero pareció, que era lo que a mi me interesaba.

SECCION DEPORTIVA
Hoy empieza la liguilla y a mis amadas Águilas les toca jugar contra el San Luis. Ya me están reclamando los anti-americanistas, que aseguran que el San Luis se dejará ganar para que pasen de ronda las Águilas. Pues si eso hacen, los americanistas lo agradecemos mucho. Que de algo sirva que sean nuestros hermanitos menores, oyes.

Mi amadísimo Real Madrid jugó el domingo contra el Sporting de Gijón. Hasta parecía que les debíamos algo al equipucho ese y a su afición ignorante y paleta. Más información en el artículo correspondiente.

P.D.
Espero que sepan reconocer la ironía contenida en esta columna. No quiero que me escriban para decirme que soy una desalmada, asesina de infantes.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Los herretes de diamantes

Tengo en mi poder los herretes de diamantes de Ana de Austria. Aquí donde ustedes me ven, soy una aventurera de mucho cuidado. Aventurera en el mejor sentido del término, no lo que están ustedes pensando.

Quiero decir que desde el ritual de iniciación al que fui sometida antes de ser admitida en ese pequeño y privilegiado grupo de lectores de literatura de aventuras, las he vivido de todos los colores, tamaños y sabores. Porque a la literatura, como a muchas otras cosas en la vida que valen la pena, se va con la disposición de vivir lo que uno lee, y si no es así, mejor ni ir.

Les decía que tengo en mi poder los herretes de diamantes de Ana de Austria, una reina de Francia, nada menos, porque fueron mi premio por haber acompañado a los mosqueteros durante todas sus aventuras, que empezaron precisamente con los famosos herretes. D’Artagnan, ese hombre de virtudes y defectos tan humanos, cuya existencia se antoja inverosímil a fuerza de tanta grandeza, ha sido el amor más constante de mi vida. Vamos, como que me enamoré de él a los 16 años y aquí estoy, tres décadas más tarde, y sigo en las mismas.

En ese género aprendí lo que vale la lealtad de un amigo, como tuve ocasión de comprobarlo yo misma, cuando en la gruta de Locmaría, el inmenso Porthos dijo sus últimas palabras: “es mucho peso”. Desde entonces, he vivido deseando tener tres amigas así de leales, para imitar, aunque sea en número, a los cuatro famosos mosqueteros que hicieron de la amistad su razón de ser.

Como les decía, a este tipo de lectura se entra con el alma limpia de todo prejuicio. De otro modo, no sería posible sentir piedad por hombres como Brian de Bois-Gilbert. Ese caballero templario que amaba y odiaba sin medida, y cuyas pasiones eclipsaban su capacidad de razonar. O admirar al cardenal de Richelieu, a quien a pesar de haberles hecho tanta perrería a los mosqueteros, uno no puede negarse a reconocer su inteligencia, su astucia y su valentía.

Una vez me perdí en las selvas de África, pero no me pesa, porque gracias a eso pude conocer al héroe por excelencia, al pequeño Lord Greystoke, aunque quizás ustedes lo conocerán por otro nombre, Tarzán de los Monos, cuya inteligencia superior le permitió no solo sobrevivir en un lugar que hubiera matado a cualquier otro, sino convertirse en el jefe natural de todos los animales, incluyendo a los más salvajes.

Ah, y también estuve junto a otro pequeño héroe de las selvas, esta vez en la India, en su lucha sin cuartel en contra de los perros djholes, me refiero, claro está, a Mowli, que acompañado por mi y por el fiel lobo Akela, salvó al Pueblo Libre de tamaña amenaza.

Vi a Sandokan, siempre junto a su fiel amigo, casi hermano, Yañez, llorar la muerte de su amada Mariana. Doy fe de que el Tigre de la Malasia era un hombre sensible bajo ese exterior de hombre duro. Como el Corsario Negro, a quien también el amor por una mujer consiguió arrancar algunas lágrimas. Claro que, hay de mujeres a mujeres, y no puedo olvidar a la Milady de las pesadillas de los mosqueteros. Esa mujer que hizo todo el daño que pudo solo por el placer de hacerlo, y cuyo hijo, Mordaunt, por poco se carga a mi amado Athos, en la noche aquella en que huimos de Inglaterra sin haber podido salvar la vida del rey Carlos I.

O a Catalina de Médicis, la reina de Francia, italiana de nacimiento, y quien dice italiana, dice envenenadora. Esa reina que fue capaz de asesinar a dos de sus hijos para que pudiera reinar en Francia el hijo que ella más amaba. Claro que, de nada le sirvió mancharse las manos con la sangre de sus retoños, puesto que con Enrique III, su hijo amado, se acabó la dinastía Valois y fue el hijo de la enemiga más formidable de Catalina, Enrique de Navarra, quien finalmente reinaría en la Francia.

Y permítanme que les hable de el anti-héroe más grande de todos: el Conde de Montecristo. Aquel hombre soberbio que se propuso vengarse de quienes lo habían condenado a un destino peor que la muerte, y que, cosa harto rara, lo logró cumplidamente. Ese Edmundo Dantés que me enseñó a odiar como él odiaba, pero a quien además hay que tenerle mucha compasión. Por aquello de que se había sentenciado a si mismo no volver a amar. Y qué quieren que les diga, una es mujer, y no podría dejar pasar tamaña oportunidad.

Así que ya lo saben, si en algún momento quieren ustedes iniciar su carrera de aventureras, y requieren ayuda, no duden en hablarme. Que alguna influencia tengo todavía por esos mundos de Dios, merced a las buenas amistades que hice en su tiempo. Ah, pero eso sí, a mi D’Artagnan ni tocarle, porque es mío por toda la eternidad, y a la que se atreva a disputármelo le advierto desde ahorita que conozco a muchos hombres que a una palabra mía las mandarían a dormir con los peces, como en la antigua Sicilia. Conste. El que avisa no es traidor.

SECCION DEPORTIVA
Estoy con una sobredosis de futbol. Ayer jugaron los equipos europeos y pude grabar el partido de eliminatoria de Copa del Generalísimo, digo, del Rey, de mi amado Real Madrid, que por cierto le metió cinco golazos al Murcia. La Copa del Rey es una competición cutre, pero como desde hace tres años no pasábamos a octavos de final, mi marido Mou decidió que ahora era cuando. El Farsa y todos los demás malquerientes del Madrid, se pueden ir riendo de su puta madre, si se deja, porque este año venderemos cara la derrota, no como el año pasado, que hasta el Alcorcón nos dio las del pulpo.

El Milan le ganó 3-0 al Palermo y ya es el líder del Calcio. Il Cavaliere es un tipo con mucha suerte. Miren que tener un equipo hecho de retales y aun así liderar la competencia nacional.

Mis amadas Aguilas del América se enfrentan el domingo a las gatas del Pedregal, digo, a los Pumas. Como están las cosas no me atrevo a hacer ningún pronóstico, no vaya yo a salir desplumada. El gusto que me da es que las Chivas están peor que nosotros. Los males del rival consuelan mucho, para que les digo que no, si es que si.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Hoy vamos al cine

Hace mucho que no hablamos de cine. Y como esta semana vi una película que me gustó mucho, pues hoy escribo sobre ella. Faltaba más. La película se llama The Boxer. El protagonista es Daniel Day-Lewis y la galana es Emily Watson.

En la Irlanda del siglo XX, dividida en dos por los británicos, las luchas entre católicos y protestantes dieron paso al surgimiento de organizaciones terroristas como el IRA (Irish Republican Army), que más o menos como lo hace ETA en España, en aras de reivindicar la independencia del país, ponían bombas por doquier y provocaban la muerte de cientos de inocentes.

Les costó casi todo el siglo pasado darse cuenta a los terroristas irlandeses que con esas armas no iban a doblegar nunca al ejército de doña Chabela. Desde hace siglos los ingleses han tenido a los mejores combatientes, legítimos o piratas. Y si por las buenas, obtener algo de los británicos es como disputarle un hueso a un rottweiler: a veces se consigue, pero es más normal dejarse el brazo en el intento, por las malas, ni les digo.

Con estos antecedentes, les cuento que en la película Daniel Day-Lewis es Danny Flynn, un boxeador amateur que ha estado preso 14 años, debido a que lo arrestaron por ser voluntario en el IRA. Como se negó a delatar a nadie, Danny cumplió su condena completa, aislado en la cárcel. Y cuando digo aislado quiero decir que no convivía con los otros presos pertenecientes al IRA. Gesto que desde luego no les gustó nada a los terroristas irlandeses. Y mientras él estuvo en la cárcel, el amor de su vida se casó con su mejor amigo (qué cuzcas que son algunas!, je) y la pérfida en cuestión tiene un hijo adolescente que yo, como soy muy novelera, creo que es de Danny. Y si no, pues me vale, yo se lo adjudico.

Cuando sale de la cárcel, Danny se encuentra con su viejo entrenador, Ike, y juntos deciden rehabilitar un viejo gimnasio para convertirlo en un refugio para jóvenes, sin importar si eran católicos o protestantes. Esto, como es natural, no cae muy bien entre los nacionalistas recalcitrantes que pastorean el distrito. El jefe nominal de dicho distrito es el padre de Maggie, el amor de la vida de Danny; un hombre que ya ha llegado a la conclusión de que por la vía del terrorismo no van a conseguir nunca nada de los ingleses.

Total, que la población nacionalista del distrito irlandés ese tiene unos códigos muy rígidos y los líderes mangonean a gusto en la vida de los demás. Las mujeres cuyos maridos están presos, como en el caso de Maggie, no pueden ni pensar en divorciarse ni hacer su vida con otro hombre, so pena de que los líderes nacionalistas, machistas, católicos, apostólicos y romanos, les hicieran la vida de cuadros de muchas maneras.
Además, hay un fulano que se llama Harry que es el nacionalista más odioso de todos. Quiere quitarle el poder al padre de Maggie y lograr que la posición de los miembros del IRA en el distrito se endurezca todavía más. Por supuesto, odia a Danny Flynn, y eso que éste lo salvó de ir a la cárcel. O sea, maldito y desagradecido. Todo un cromo el tipo.

Como era de esperar, Danny quiere volver a boxear y con la ayuda de Ike empieza a entrenarse. El padre de Maggie, Joe Hamill está en negociaciones de paz con los británicos y Danny y Maggie descubren que se siguen queriendo. Cosa que al hijo de Maggie le cae tan bien como una patada de mula en el estómago. Si es que en los hijos adolescentes no se puede confiar.

Total, que una noche que Danny se queda solo en el gimnasio, descubre una bolsa llena de explosivos. Indignado, arroja los explosivos al río. Harry, al saber que Danny se deshizo de ellos se pone como loco de furia y ya no piensa en otra cosa que en matar a Flynn. La ocasión se le presenta en la noche de la próxima pelea de Danny en el gimnasio del barrio. Esa noche está lleno el lugar de irlandeses protestantes y católicos, en un intento de firmar una tregua entre ambos grupos y vivir con un poco de paz. El jefe de la policía local les había regalado a los chicos pobres del gimnasio de Ike y Danny equipo deportivo, gesto que había caído muy mal entre los terroristas del IRA.

La noche de la pelea, el local está lleno de católicos y protestantes que se miran con desconfianza unos a otros. El jefe de la policía se retira en cuanto termina la pelea, sube a su auto, lo enciende y éste explota. Ante los hechos, los protestantes salen despavoridos y los católicos les cierran el paso. Se arma una batalla callejera y en la confusión, el hijo de Maggie le prende fuego al gimnasio. Ike y Danny alcanzan a salvar unas cuantas fotos y nada más.

Por supuesto, este acto terrorista que ya nos imaginamos todos que fue perpetrado por Harry y sus malandros, entorpece las ya de por sí difíciles negociaciones del ala política del IRA con la Gran Bretaña. El padre de Maggie convence a Danny de que se vaya a Inglaterra y que deje a Maggie en paz. Él lo hace, pero no muy convencido que digamos. En Inglaterra pelea una sola vez, pero se da cuenta de que en su calidad de irlandés no podrá nunca tener la vida a la que aspira en otro lugar que no sea Irlanda. Así que regresa.

Danny sabe que se expone a que el IRA lo ejecute sin más trámite, pero puede más su amor por Maggie y su hartazgo y su desilusión en cuanto a los ideales que lo llevaron a enrolarse en el IRA. Después de 14 años en prisión su visión de la lucha independentista ha cambiado y no le gusta lo que ve en sus antiguos compañeros de armas.

Harry secuestra a Danny, después de afearle su conducta a Maggie por salir con un hombre cuando ella es una mujer casada, y casada con un preso político, además. Total, que se llevan a Danny a un túnel, y están a punto de darle las de él y las del pulpo, cuando el pistolero decide que Harry ya les llenó el hígado de piedritas y mejor lo ejecuta a él.

Después, se van todos los sicarios y dejan a Danny muy golpeado, pero vivo, en el túnel, junto al cadáver de Harry. Llegan Maggie y su hijo en un auto y se llevan a Danny con ellos. Después se ve a la esposa de Harry junto al cadáver de su marido, sola.

Ya sé que el tema de la película no parece muy edificante que digamos, pero vale la pena verla porque Daniel Day-Lewis es un gran actor y su personificación de un hombre cuya vida y la perspectiva sobre ésta han cambiado después de 14 años encerrado es perfecta. El gesto de rabia cuando se da cuenta de que en Inglaterra no puede vivir, porque salva su vida, si, pero pierde su dignidad, es increíble. Daniel Day-Lewis lo bordó con ese papel y espero que le hayan dado muchos premios a su actuación.

El tema de los terroristas en sí daría para otras columnas. No niego que los futuros súbditos del Orejas han ido por allí libertando pueblos para luego sojuzgarlos ellos, pero el terror no es, ni será nunca el camino adecuado para reivindicar posiciones independentistas. O al menos, no lo es cuando en actos terroristas mueren por igual tirios y troyanos. Si van a matar, al menos deberían de matar a los enemigos declarados, y no a los pobres inocentes que pasaban por allí.

En fin, que esta película es un dramón en toda regla y harán ustedes muy bien en verla.

SECCION DEPORTIVA
Mi Real Madrid amado fue a San Siro a enfrentarse al Milan y por poco y perdemos. Este Milan sí es nuestro rival natural en las canchas, no cierto equipucho de provincia independentista que tiene 3 míseras Champions y ya se siente bordado a mano.
Mis amadas Aguilas juegan mañana contra el Atlante. Si no ganan, es porque realmente son un equipucho indigno de mi amor. De los Tuzos mejor ni hablamos.

HOY TOCA.

P.D. Se me ocurrió ver Clash of the Titans. Pérdida de tiempo total. Amo a Liam Neeson, pero no sé cómo lo convencieron de filmar semejante bodrio. Ah, también vi Robin Hood, con Russell Crow. Merece artículo aparte.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Italianinis al poder (Milan-Real Madrid)

De 12 partidos que el Madrid ha tenido que jugar en el Giuseppe Meazza, casa del Milan, ha perdido diez y empatado dos. Algunos descerebrados hablan de la maldición de San Siro y chorradas parecidas. En fin, que el Madrid va a jugarse las lentejas europeas en el estadio milanista. En el juego de ida, en el Bernabeu, el Madrid le ganó al Milan 2-0. O sea, que todos tranquilos. Los madridistas de bien esperábamos que el equipo se pasara las estadísticas por el forro y que al fin se consiguiera una victoria en suelo italiano.

Antes de que salgan los jugadores al campo, sale Mou, odiado por todos los milanistas ya que cuando entrenaba al Inter se las hizo pasar canutas al Diavolo. El público, como era de esperarse, en cuanto le vio, le abucheó y todo. Mou se limitó a levantar 3 dedos de su mano derecha, lo cual podría traducirse como: he ganado un triplete con su acérrimo rival, así que ajo y agua.

Silbatazo inicial. El Madrid empieza el partido con Di Maria, como siempre, en todas partes. Alonso recibió en cinco minutos más golpes que en todo lo que va de la temporada. Gattuso, el rottweiler milanista repartía mordiscos a diestra y siniestra. O sea, que el Madrid intentaba encadenar sus pases, como les ha enseñado Mou, pero no había manera, entre la imprecisión y la leña que estaban repartiendo los italianos aquello no auguraba nada bueno.

Así y todo, el Madrid pudo abrir el marcador varias veces durante el primer tiempo, pero Cristiano, Ozil y casi todos los madridistas traían el santo de espaldas. Ozil y Cristiano especialmente, acostumbrados a desplegar su talento a pesar de todos los obstáculos que se les pongan en su camino, esta vez se encontraron con Gattuso, Nesta, Boateng y algún otro sicario siciliano con carnet de futbolista. Yo no me acuerdo que cuando jugaba Paolo Maldini fueran tan cochinos y golpeadores los milanistas. Si bien es verdad que como amo a Paolo mi memoria sea un poco selectiva.

En fin, que el Madrid seguía en plan de quiero y no puedo, y los rossoneros pegándole a todo lo que sobresalía del césped. Si era la pelota, pues paciencia, y a pegar otra vez. El Milan no llegaba al arco madridista, su medio campo se encontraba fracturado, pues Pirlo estaba acorralado, jugando más cerca de Iker Casillas que de los delanteros italianos. Y ya se sabe, cuando el pequeño director de la orquesta milanista no está fino, o está bien marcado, este Milan no furula, como dice un amiguito mío.

Casi al final del primer tiempo, un pase divino de la muerte de Di María al Pipa Higuaín, se convirtió en el primer gol del Madrid. El madridismo celebraba y los tifosi italianos estaban atacados. Mou se las volvía a hacer. Y a domicilio.

Tras el descanso, el Madrid entró confiado en su fuerza y juventud. Han de haber pensado que los viejitos estos del Milan, a excepción de Alexandre Pato, no les iban a poder hacer ni cosquillas. Para chulos, ellos y después Mou. Pero Massimiliano Allegri se reservaba un as bajo la manga. El tramposo.

En vista de que Ronaldinho sigue MIA, Allegri mandó en sustitución del brasileño, al insumergible Pipo Inzaghi. Super Pipo entró en el minuto 60, para recordarle al Madrid que no ha podido ni podrá ganar en el Giuseppe Meazza mientras él, último de un Milan de época, tenga algo que decir en el campo. En diez minutos Inzaghi había anotado dos goles. El segundo en fuera de lugar, pero a Pipo se le perdona, porque como dijo Sir Alex Ferguson, Inzaghi nació en fuera de lugar.

Y como a partir del minuto 78 el Milán le había dado vuelta al marcador, los jugadores rossoneros empezaron a sufrir calambres, golpes, torceduras, acidez, etc., todo diseñado para perder tiempo. Un tiempo que al Madrid le era precioso. Pero bueno, a estas alturas los madridistas de bien ya nos habíamos desmayado (a la italiana) y ya habíamos vuelto en nosotros varias veces. Las caras de los jugadores madridistas lo decían todo. Habían perdido el tiempo tratando de imponer su juego ante un equipo melancólico como el Milan, y habían perdido la apuesta.

Pero Mou no iba a permitir que lo vencieran a él como entrenador en la casa del Milan. A escasos minutos del final metió a Benzema y a Pedro León. La conexión resulto. Un pase filtrado de Benzemá entre un mar de piernas milanistas, le llegó a León, que tiró a portería más en plan de perdidos al río, que de otra cosa. Y el balón se escurrió entre las piernas de Abiati y entró a la portería. A base de puro valor y de suerte, si se quiere, el Madrid le arrebató al Milan un punto. Los milanistas no lo podían creer. Les dieron una sopa de su propio chocolate y en el último minuto de juego, habían perdido los tres puntos que ya contaban en su bolsillo. Con este resultado el Madrid está clasificado matemáticamente a octavos de final. El Milan tendrá que arrebatarle al Auxerre el segundo lugar del grupo. Parece tarea fácil, pero con estos franceses nunca se sabe. No son confiables ni en la derrota.

NOTA: En el juego de ida en el Santiago Bernabeu, Mou comentó que ojala que Allegri no alineara a Pipo Inzaghi. Cuando lo escuché pensé: qué cachondo el Mou, si Pipo está ya medio acabado y se mueve menos que un cono de obra. Y nada, que Mou tenía razón, oyes. Si no es por Inzaghi, el Madrid le hubiera ganado al Milan por primera vez a domicilio. Lo que diga mi marido Mou.

Real Madrid: 2- Pipa Higuaín y Pedro León, que ya se ha hecho perdonar de Mou con esta anotación tan necesaria.

Milan: 2 – Super Pipo al rescate. Es un tramposo y un cochino pero es simpático. Y es italiano.

Madridista del partido: Mi marido Mou. Por algo lo odian los tifosi rossoneros.